Con el sólido crecimiento económico que ha tenido el país en los últimos meses, ya comienzan a aparecer las primeras señales de un aumento de la inflación. En artículos anteriores ya he explicitado el carácter de impuesto oculto que tiene la inflación para los ciudadanos, de ahí que debe ser el énfasis que deben tener las medidas gubernamentales, para controlarla, ya que es ésta la limitante del crecimiento y de la mejor distribución de nuestra economía.
Los principales componentes de este aumento en los precios, son el mayor costo de los alimentos (Tendencia mundial y difícilmente manejable desde Chile), de la energía y por supuesto el aumento de los sueldos. Por suerte el año pasado el aumento al sector público, si bien fue sobre el IPC, no alcanzó los desequilibrantes aumentos que se consiguieron en el gobierno anterior, por lo tanto, este 4,6% de aumento de los sueldos chilenos en general, si bien sigue siendo un factor importante, pudo ser controlado eficazmente este año, a diferencia de comienzos del 2010.
Pero no debemos engañarnos y confiar ciegamente en las cifras, debemos interpretar qué signfica un IPC al alza. Según la última medición correspondiente a Enero del 2011, la inflación corresponde a un 0,3%, que se ve explicada por el aumento del transporte interurbano, los alimentos y los cigarrillos. ¡Los cigarrillos! Los que con el aumento del gravamen específico han aumentado su precio casi en un 100% en los últimos años. Ellos serán entonces los responsables principales de que todos los préstamos, hipotecas y algunas rentas suban, debido al aumento en 70 pesos de la Unidad de Fomento sólo en este mes. Esto me lleva a cuestionar profundamente la forma en la que se mide este instrumento.
Es extremadamente ridículo incluir a los cigarrillos dentro de la medición, porque es un elemento que no es de primera necesidad, ni tampoco es consumido por la mayoría de la población, y justamente debe ser considerado un objeto superfluo, en concordancia con el aumento específico de impuestos que tiene. Dicho sea de paso, Chile tiene uno de los índices de tabaquismo más impresionantes del mundo, y desde luego, se debe desincentivar el uso de la droga, una medida muy efectiva es que el aumento lo paguen los que fuman y que no contagien al resto de la economía en una tendencia alcista.
Brasil ha tenido un gran éxito en el combate al tabaquismo, ya que con las mismas medidas que ha tomado Chile, pero desde 1989, logró bajar el tabaquimo de un 30% a un 15% en promedio, siendo mucho menor en las poblaciones jóvenes y urbanas. Caso contrario en Chile, ya que según la ENS del 2010, el tabaquismo sigue en alza, acercándose peligrosamente al 50%. ¿Será que la autodestrucción está en el ADN chileno?
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