martes, 30 de noviembre de 2010

Un poco sobre la reforma a la educación

Si queremos formar ciudadanos que sean capaces de aprovechar las ventajas de una sociedad capitalista, es menester que la educación pragmática y liberal se imponga ante cualquier obstáculo político, por el bien del País.
La Reforma educacional del gobierno de Sebastián Piñera, si bien es un avance, la noto algo tímida y condescendiente con el pensamiento zurdoso. Es bastante "de consenso político" en desmedro de la cirugía mayor que requiere el sistema educacional.
Sin duda constituye un avance el dar más énfasis a Lenguaje y a Matemáticas por todo lo que se ha dicho en favor de esas asignaturas. Creo que de ellas, la más importante (pero no por eso menos aburrida) es Lenguaje, ya que es transversal a todas las carreras y es la principal falencia del día de hoy: El no saber lo que se lee.
Ahora, no sé en qué pueda ayudar el aumento de horas si es que no va acompañado de un cambio en las materias. Dejar de lado la enseñanza teórica de conceptos abstractos y Literatura, para ir más bien por lo pragmático; la ortografía, caligrafía y redacción, fundamentales en la vida cotidiana.
Lo mismo con Historia, si tenemos niños y jóvenes que saben leer y razonar, bastará la mitad de las horas actuales para conocer sobre nuestro pasado, materia importantísima para no repetir los errores que se cometieron en la antigüedad.

Ahora, una propuesta liberal de verdad, como habría esperado de un gobierno que se dice de centro derecha, debería contener al menos algunos de los siguientes tópicos propuestos por el Sr. Jose Piñera:


a) Establecer verdadera libertad de enseñanza, para que todas la instituciones particulares puedan enseñar respecto a pautas propias qué es lo que se debe aprender, fomentando la tolerancia y enriqueciendo nuestra sociedad a través de la diferencia.
b) Transformar el Ministerio en una Superintendencia de Educación, capaz de fiscalizar y orientar al Mercado en la directriz educativa.
c) Licitar las actuales escuelas municipales, con plena transparencia e incentivando a los propios profesores a participar, y otorgar subsidios para la capacitación de directores y profesores. Así podríamos tener miles de pequeños empresarios, que conocen la realidad educativa, sus falencias y virtudes. Un verdadero plus que mantendría alejado del rubro a empresarios inescrupulosos y ajenos a la labor educativa.
d) Entregar una chequera educacional a cada familia chilena por cada hijo e hija en edad escolar para que pueda pagar, total o parcialmente, la escuela que libre, informada y responsablemente elija para ellos.
e) Derogar el Estatuto Docente, establecer que los profesores se rijan por las mismas leyes laborales del resto de los chilenos, explicar esta reforma con franqueza y convicción a los esforzados profesores, e invitarlos a sumarse con entusiasmo a esta transformación.
Sin duda, este último punto es el punto más relevante de todos.
En 1991 en Chile se promulgó el Estatuto Docente, que fue la piedra que terminó por destruir la educación estatal. Se terminó con la posibilidad de echar a los docentes malos y de premiar a los buenos, generando un sistema flojo y uniformemente mediocre, en desmedro de los alumnos que asisten a estas escuelas. Las cuales, además de tener que lidiar con esta mochila burocrática, han perdido alumnos, y con ellos a sus subvenciones, por el buen trabajo que hacen las escuelas particulares subvencionadas, las cuales, con la misma e incluso menor subvención por alumno, logran resultados significativamente mayores que el promedio de la educación estatal.
Yo estudié toda mi vida en colegios particulares subvencionados. Siendo muy notable el caso del colegio de la Orden de la Merced donde estudié, el cual, no cobraba ninguna mensualidad y se valía de los mismos recursos por alumnos a modo de subvención estatal y obteniendo resultados en la PSU que fácilmente duplican a los obtenidos por el liceo público de la misma ciudad. Eso es una injusticia para ellos, me da pena que yo haya tenido la oportunidad de entrar a un buen colegio y ellos, ante la mediocridad estatal, vieron hipotecado su futuro.
Que esto no siga pasando, hay que dar el gran salto en materia educacional. Los profesores deben entender que sus sueldos mejorarán en el sistema privado.
Bueno, y de todas maneras, como dice Fernando Villegas, aquí el 80% sigue siendo responsabilidad del alumno, aunque a mi juicio, no creo ser necesario volver a las épocas autoritarias, creo que se puede aprender en un ambiente más distendido, pero lo que se necesita son estímulos, abrir esas mentes al mundo, mostrarle a los jóvenes los valores, que vale la pena trabajar honradamente para tener una familia, cubrir sus necesidades y por qué no, mejorar su status social.

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